«Katz no pinta, Katz recuerda…. Los cuadros de Katz son tan precisos y tan vagos como la memoria misma… y al igual que la memoria, este arte ama el momento, el detalle…», se escribió en el semanario «DIE ZEIT» sobre el pintor neoyorquino, cuyas obras tratan la figura y la superficie y se mueven entre el realismo moderno y el arte pop.