La fotografía evocadora e inquietante de Yarrow es muy característica y le ha granjeado cada vez más seguidores entre los coleccionistas de arte. Sus grandes imágenes monocromas, creadas en Los Ángeles, se exponen en importantes galerías y museos de Europa y Norteamérica. Actualmente se le considera uno de los fotógrafos más vendidos del mundo y sus ediciones limitadas se venden regularmente a precios elevados en Sotheby’s y otras casas de subastas.