Sabine Liebchen, nacida en 1960 y residente en Meerbusch, cerca de Düsseldorf, decidió convertirse en artista a los doce años. Influida por las obras de Gerhard Richter, incluso cambió de escuela para poder estudiar mejor arte. Un encuentro con Richter le causó una impresión duradera. Tras estudiar arte, se especializó en el hiperrealismo y utilizó hábilmente la luz para dar a sus figuras un aura tangible. A pesar de la estética de sus obras, no le interesa la crítica social, sino despertar sentimientos nobles a través de la belleza. La vista posterior desempeña un papel central en sus obras, ya que deja al espectador margen para la interpretación y fomenta la identificación con las personas representadas. Sus obras más recientes muestran a mujeres conquistando su entorno y en movimiento, a menudo en grandes formatos para transmitir su mensaje de forma impactante. Sus obras nos incitan a reflexionar sobre diversos aspectos de la emancipación de la mujer.
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