La artista Suscha Korte, afincada en Colonia, describe sus cuadros como retratos sin personas. Colecciones de platos y otros objetos se presentan como bodegones modernos sobre muros de hormigón, tapicerías o fondos de pizarra. Los objetos de Suscha Korte simbolizan la necesidad humana de reconocimiento y aceptación, y los objetos cotidianos sirven de metáfora de sueños y esperanzas. Las cosas que tenemos en nuestras cocinas, comedores o dormitorios, el significado que les damos y cómo nos relacionamos con ellas nos definen en cierto modo. La artista esconde en sus cuadros breves dichos o frases pedagógicas cargadas de ironía, que resuenan en el subconsciente colectivo del espectador como recuerdos infantiles de «no aparcar las bicicletas» o como irónicas lecciones de vida «el amor es una palabra hecha». Los cuadros de Korte invitan a la reflexión, a veces minimalistas, a veces desordenados, la artista utiliza técnicas y materiales que combina a la perfección para crear un trampantojo moderno, en el que a primera vista uno cree estar viendo objetos reales. El juego es doble: a medida que te acercas, puedes reconocer cada mancha, apreciar el ritmo del trazo, que dista mucho de las pinceladas finísimas típicas del hiperrealismo. Las nuevas obras que hemos expuesto en la galería muestran este virtuosismo, este doble juego: ¿las planchas están pintadas o pegadas al lienzo? es a menudo la pregunta….¡Hay que verlo! Merece la pena visitarla.
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